Ane.
-...¡Y por eso necesito que vengas conmigo!- dijo Kiara atropelladamente, tan rápido que no pude entender nada.
-Vale, aver. Cálmate, por favor, y habla de nuevo. ¡Pero más despacio, y que se entienda!- respondí riendo-.Dime, ¿quién era el chico?-pregunté mientras caminábamos por las calles, de vuelta a nuestra casa, agarrando bolsas llenas de ropa que habíamos comprado.
-Yulem, se llama Yulem-respondió Kiara hablando más despacio, intentando calmarse.
-¿Y lo conociste de..?- dejé en el aire la pregunta, para que ella me contara.
-En la calle, ayer, tú misma lo viste. Se me calleron las llaves del bolso. Él las vió, las cojió y me las dió, y me invitó a quedar con el y le dije que si y que si podías venir tú y...-dijo cada vez mas rápido.
-Vale, vale. Calmate anda. Respira ondo y tranquilizate-la interrumpí soltando una carcajada-. Él te invitó a su casa, ¿no?
-Si, correcto. Hoy, dentro de..-murmuró levantando su mano del que colgaba su reloj-¡De media hora!-chilló mirándome con los ojos abiertos, asombrada-.¡Corre! ¡Vamos a llegar tarde!- gritó comenzando a correr, mientras yo reía y la seguía.
Llegamos a nuestra casa poco despues, jadeando del cansancio que supuso correr tres calles para llegar a la nuestra. Kiara sonrió mientras cojió las llaves del bolso y abrió la puerta.
Entramos dentro de la casa y subí corriendo las escaleras dejando las bolsas en mi cuarto y ducharme, para cambiarme e ir con ella.
En cuandto entré en la ducha y el agua recorrió mi cuerpo, noté como todos mis músculos se relajaban y suspiré alviada.
Después de al menos quince minutos, salí del baño para elegir algo que ponerme.
No tardé mucho en encontrar algo, rebusqué entre las bolsas hasta encontrar lo que buscaba.
Me puse mis pantalones vaqueros cortos junto a mis sandalias verdes y una camiseta de asas blanca con letras en verde que decían "Love Me". Después, coji mi bolso blanco y bajé las escaleras para esperar a Kiara en el salón. Pasados otros quince minutos, Kiara bajó con algo parecido a mi ropa, solo que las sandalias y letras eran en negro.
Me reí al verla con la camiseta que nos habíamos comprado iguales. Había momentos en que parecíamos como...Hermanas mellizas.
-¡Vamos!- gritó ella riendo mientras pasaba delante mía y se giraba para verme y regalarme una sonrisa, mientras su pelo le cubría la cara-.¡Llegamos tarde!
-¡Ya voy!- repliqué mientras apuraba mi paso hasta alcanzarla, entre risas.
Seguimos corriendo y riendo hasta parar frente a una bonita y espaciosa casa. Nos acercamos lentamente sonriendo hasta localizar el timbre que Kiara pulsó. Poco después, la puerta se abrió dejando ver al chico, Yulem, que nos dejó pasar con su mayor sonrisa.
-Es un placer volver a verlas, chicas- nos saludó.
Kiara sonrió y desvió la mirada hacia el suelo, sonrojándose y murmurando un "gracias" casi inaudible.
-Pasad, pasad-dijo sonriendo el chico.
Ambas entramos y pasamos delante de él, quien nos dirijía hablando detrás nuestra.
Al llegar al salón, mis ojos se desviaron rápidamente al chico que se encontraba de pie en el medio de la habitación, y su mirada se encontró con la mía. Lo observé fijamente, escaneándolo. Su pelo, sus ojos, sus rasgos casi perfectos, su cuerpo...era realemente hermoso.
Él reaccionó primero. Apartó la vista de mi para clavarla en Kiara y comenzó a caminar hacia ella.
-Es un placer conocerte, Kiara-saludó él sonriendo, abrazándola y besando sus mejillas.
-Lo mismo digo...-murmuró ella girando la cabeza, desviando su mirada, y sonrojándose levemente.
El chico le sonrió de nuevo antes de girarse hacia mi.
-Y tú debes de ser Ane, ¿verdad?- preguntó, y mi nombre era mucho mas bonito cuando él lo pronunciaba con su voz tan dulce y grave.
-Efectivamente. Soy Ane. ¿Tú eres?-pregunté esperando su repuesta.
-Vick, me llamo Vick-contestó acercándose a mi para abrazarme.
-Un bonito nombre-le susurré al odío cuando me abrazó.
-Lo mismo digo, Ane-opinó él con el mismo tono de voz que el mío.
Nos separamos y rápidamente empecé a hechar de menos sus brazos fuertes y cálidos rodeándome, su voz susurrando en mi oído, con su tono masculino tan hermoso, mi nombre en sus labios, tan carnosos y perfectos que deseaba besar... ¿Qué me estaba pasando?
Llevábamos sobre media hora de película y me encontraba sentada justo al lado de Vick quien miraba atentamente la televisión.
En ella se proyectaba la imagen de dos chicos que caminaban por una casa en la cual las cosas cercanas a ellos se rompían o se caían, asustándolos, luces se apagaban dejando todo oscuro o se escuchaban pasos y risas bastantes desagradables.
Uno de los muchachos se acercó a una puerta y dudó un momento si abrirla o no.
-No lo hagas-escuché a Yulem, que estaba en el otro sillon con Kiara al lado, un poco apretujados, avisarle al chico-. Te van a matar-volvió a advertir, como si ellos le pudieran escuchar.
Pero a pesar de los avisos de Yulem, el muchacho abrió la puerta y una trampa se activó en cuanto él cruzó esta, haciendo que una flecha impactara justo en su pecho, en el lado izquierdo, junto a su corazón.
Los gritos del otro muchacho se unieron al chillido de Kiara.
-¿Ves a esos dos?-dijo Vick pasando un brazo por el lado del respaldo, detrás de mi espalda, señalándolos.
Muy astuto, pensé, usar a los otros como excusa para rodearme con su brazo.
-Yo apuesto a que acabarán juntos-susurró en mi oído, acercándose más aún a mi.
Giré mi cabeza para ver a Kiara con la cara escondida en el pecho de Yulem quien reía y la abrazaba, y coincidí con Vick. Acabarían juntos.