¡Lo siento! He tenido unos problemillas con mi ordenador y no he podido subir antes el siguiente capítulo, pero aquí está.
Yulem.
Yulem.
Vick entró por la puerta cuando yo estaba cerrando mi maleta.
Al entrar en mi habitación, me miró confuso, entre sorprendido y asustado, observándome fijamente.
-¿Qué ocurre?-preguntó mirándome.
-Puedes quitar esa cara de pánico, querido. Solo he decidido hacer un pequeño viaje con Kiara, cuatro días lejos de ti-contesté burlándome de su reacción mientras él se relajaba notablemente.
-Ouch. Eso hasta me ha dolido-ironizó posando su mano sobre su pecho-. ¿Romeo se va a declarar a Julieta?-atacó.
-Vete a la mierda-contesté rápidamente mientras le lanzaba un cojín, intentando ocultar mi rubor.
-¡Estás rojo!-bramó riéndose-. ¡Yulem rojo! Esto es de foto-se burló.
-Cállate y ayúdame a cerrar la maleta, estúpido-contesté con una tímida sonrisa al pensar en ella.
-Venga, te ayudo solo para librarme de ti.
-Serás gilipollas...-murmuré sonriendo y negando con la cabeza, divertido, revolviendo su pelo mientras él se quejaba, pasaba a mi lado.
Al entrar en mi habitación, me miró confuso, entre sorprendido y asustado, observándome fijamente.
-¿Qué ocurre?-preguntó mirándome.
-Puedes quitar esa cara de pánico, querido. Solo he decidido hacer un pequeño viaje con Kiara, cuatro días lejos de ti-contesté burlándome de su reacción mientras él se relajaba notablemente.
-Ouch. Eso hasta me ha dolido-ironizó posando su mano sobre su pecho-. ¿Romeo se va a declarar a Julieta?-atacó.
-Vete a la mierda-contesté rápidamente mientras le lanzaba un cojín, intentando ocultar mi rubor.
-¡Estás rojo!-bramó riéndose-. ¡Yulem rojo! Esto es de foto-se burló.
-Cállate y ayúdame a cerrar la maleta, estúpido-contesté con una tímida sonrisa al pensar en ella.
-Venga, te ayudo solo para librarme de ti.
-Serás gilipollas...-murmuré sonriendo y negando con la cabeza, divertido, revolviendo su pelo mientras él se quejaba, pasaba a mi lado.
A pesar de nuestras bromas y tonterías, nos queríamos de verdad. Era mi hermano, lo protegería de cualquier cosa.
-Joder, chico-contestó intentando cerrar la maleta-. ¿Qué coño llevas ahí? Está más lleno que el bolso de cualquier mujer-farfulló.
-Ja, ja, ja-ironicé-. Cállate y ayúdame.
-Joder, chico-contestó intentando cerrar la maleta-. ¿Qué coño llevas ahí? Está más lleno que el bolso de cualquier mujer-farfulló.
-Ja, ja, ja-ironicé-. Cállate y ayúdame.
Después de haber cerrado al fin mi maleta y revisar todo, de haber hablando un poco con Vick y de haber cenado juntos entre bromas y burlas, me tumbé en cama dispuesto a dormirme, pero no sin antes escuchar su voz de nuevo.
Agarré el móvil de mi mueble buscando su número para llamarla.
-¿Yulem?-preguntó una voz media dormida.
-Hola-susurré volviéndome terriblemente tímido y nervioso.
-Hola-contestó ella riendo.
-¿Te he despertado?-pregunté-. Lo siento si lo hice...
-No, no pasa nada. Estaba tirada en la cama y comencé a quedarme dormida-respondió-. Pero dime, ¿qué ocurre?
-Solo quería escuchar tu voz-susurré un poco avergonzado.
Imaginé cómo ella sonreía con sus mejillas comenzando a coger color.
-¿Estás sonriendo?-pregunté, girándome para estar más cómodo, sonriendo como un idiota enamorado.
-Eres muy lindo-se excusó ella-. Eso es muy tierno, Yulem-susurró, seguramente con una bonita sonrisa en su rostro.
-Te puedo asegurar que tú lo eres más-contesté.
-Mañana...-murmuró ella.
-¿Sí?-pregunté.
-¿A que hora vienes a recogerme?
-¿Te importa madrugar un poco?-pregunté tímido.
-No, para nada- contestó ella riendo-. Entonces...¿cuando?
-A las...¿ocho?
-A las ocho-confirmó ella.
-Bien. Bueno, no te molesto más, descansa.
-No molestas-susurró Kiara-. Buenas noches, Yulem.
-Buenas noches, princesa-respondí-. Duerme bien.
Sonreí tiernamente al teléfono escuchando su voz.
-Adiós...Dulces sueños.
-Adiós. Te quiero.-farfullé antes de finalizar la llamada rápidamente sin esperar su respuesta, con una sonrisa de idiota, suspirando.
Agarré el móvil de mi mueble buscando su número para llamarla.
-¿Yulem?-preguntó una voz media dormida.
-Hola-susurré volviéndome terriblemente tímido y nervioso.
-Hola-contestó ella riendo.
-¿Te he despertado?-pregunté-. Lo siento si lo hice...
-No, no pasa nada. Estaba tirada en la cama y comencé a quedarme dormida-respondió-. Pero dime, ¿qué ocurre?
-Solo quería escuchar tu voz-susurré un poco avergonzado.
Imaginé cómo ella sonreía con sus mejillas comenzando a coger color.
-¿Estás sonriendo?-pregunté, girándome para estar más cómodo, sonriendo como un idiota enamorado.
-Eres muy lindo-se excusó ella-. Eso es muy tierno, Yulem-susurró, seguramente con una bonita sonrisa en su rostro.
-Te puedo asegurar que tú lo eres más-contesté.
-Mañana...-murmuró ella.
-¿Sí?-pregunté.
-¿A que hora vienes a recogerme?
-¿Te importa madrugar un poco?-pregunté tímido.
-No, para nada- contestó ella riendo-. Entonces...¿cuando?
-A las...¿ocho?
-A las ocho-confirmó ella.
-Bien. Bueno, no te molesto más, descansa.
-No molestas-susurró Kiara-. Buenas noches, Yulem.
-Buenas noches, princesa-respondí-. Duerme bien.
Sonreí tiernamente al teléfono escuchando su voz.
-Adiós...Dulces sueños.
-Adiós. Te quiero.-farfullé antes de finalizar la llamada rápidamente sin esperar su respuesta, con una sonrisa de idiota, suspirando.
Me desperté justo a las siete de la mañana mientras la alarma de mi móvil sonaba.
Refunfuñando, salí de la cama para andar como un zoombie hasta el armario, donde rápidamente agarré algo para cambiarme después de darme una ducha.
Entré en el baño y comencé a meterme en el agua. Relajándome, me dejé llevar por la tranquilidad que producía ese momento y cerré los ojos momentáneamente antes de comenzar a lavarme. Salí poco después, completamente vestido y con una sonrisa en mi rostro.
Rápidamente fui a la cocina y comencé a preparar algo para desayunar, preguntándome qué estaría haciendo Kiara en estos momentos. Sonreí tontamente mientras comía mis tostadas.
Al acabar, comencé a guardar todas las cosas en el coche para más tarde tener todo preparado, cuando fuesen horas de ir a buscarla.
Comencé a caminar hacia el salón, encendiendo la televisión y sentándome en el sofá, dispuesto a pasarme el tiempo que me sobraba mirando cualquier cosa para intentar calmarme un poco y dejar de estar tan nervioso.
Si a ella no le gustaba el lugar...estaba totalmente perdido.
Pronto se hizo hora de irme y, dejando una nota a mi hermano, subí al coche y comencé a conducir hasta su casa, donde ella me esperaba en la entrada, sentada en los escalones de ésta y sonriendo mientras miraba el móvil.
Levantó la vista al oír el sonido del coche y se levantó mientras yo bajaba del coche y abría el maletero, metiendo su maleta junto la mía.
-Hola-saludó ella sonriendo.
-Hola, princesa-contesté antes de besar su mejilla-. ¿Estás preparada para perdernos?
Me acerqué poco a poco a ella hasta rozas sus labios con los míos antes de besarla tímidamente.
-Claro-contestó ella al separarnos sonriendo mientras sus mejillas tomaban un color rojizo-. Ese es el plan, ¿no? Tenemos nuestras pequeñas vacaciones.
Sonreí separándome de ella y subiendo al coche mientras ella hacía lo mismo.Comenzando a conducir, busqué rápidamente una emisora de radio para entretenernos en el largo viaje que nos esperaba.
Sonreí girándome para verla mientras Kiara tatareaba la letra de la canción que sonaba en ese mismo instante moviendo la cabeza de una lado al otro siguiendo el ritmo.
Nos encontrábamos en un semáforo en rojo, así que aproveché para verla.Cuando se dio cuenta, se giró para mirarme antes de sonreírme tiernamente mientras sus mejillas comenzaban a coger un color rosado.
Riendo, agarré su mano acariciándola antes de besarla rápidamente para volver a girar mi vista y seguir conduciendo con una sonrisa el resto del camino.
Si, definitivamente estaba enamorado de ella.
Refunfuñando, salí de la cama para andar como un zoombie hasta el armario, donde rápidamente agarré algo para cambiarme después de darme una ducha.
Entré en el baño y comencé a meterme en el agua. Relajándome, me dejé llevar por la tranquilidad que producía ese momento y cerré los ojos momentáneamente antes de comenzar a lavarme. Salí poco después, completamente vestido y con una sonrisa en mi rostro.
Rápidamente fui a la cocina y comencé a preparar algo para desayunar, preguntándome qué estaría haciendo Kiara en estos momentos. Sonreí tontamente mientras comía mis tostadas.
Al acabar, comencé a guardar todas las cosas en el coche para más tarde tener todo preparado, cuando fuesen horas de ir a buscarla.
Comencé a caminar hacia el salón, encendiendo la televisión y sentándome en el sofá, dispuesto a pasarme el tiempo que me sobraba mirando cualquier cosa para intentar calmarme un poco y dejar de estar tan nervioso.
Si a ella no le gustaba el lugar...estaba totalmente perdido.
Pronto se hizo hora de irme y, dejando una nota a mi hermano, subí al coche y comencé a conducir hasta su casa, donde ella me esperaba en la entrada, sentada en los escalones de ésta y sonriendo mientras miraba el móvil.
Levantó la vista al oír el sonido del coche y se levantó mientras yo bajaba del coche y abría el maletero, metiendo su maleta junto la mía.
-Hola-saludó ella sonriendo.
-Hola, princesa-contesté antes de besar su mejilla-. ¿Estás preparada para perdernos?
Me acerqué poco a poco a ella hasta rozas sus labios con los míos antes de besarla tímidamente.
-Claro-contestó ella al separarnos sonriendo mientras sus mejillas tomaban un color rojizo-. Ese es el plan, ¿no? Tenemos nuestras pequeñas vacaciones.
Sonreí separándome de ella y subiendo al coche mientras ella hacía lo mismo.Comenzando a conducir, busqué rápidamente una emisora de radio para entretenernos en el largo viaje que nos esperaba.
Sonreí girándome para verla mientras Kiara tatareaba la letra de la canción que sonaba en ese mismo instante moviendo la cabeza de una lado al otro siguiendo el ritmo.
Nos encontrábamos en un semáforo en rojo, así que aproveché para verla.Cuando se dio cuenta, se giró para mirarme antes de sonreírme tiernamente mientras sus mejillas comenzaban a coger un color rosado.
Riendo, agarré su mano acariciándola antes de besarla rápidamente para volver a girar mi vista y seguir conduciendo con una sonrisa el resto del camino.
Si, definitivamente estaba enamorado de ella.